TESTIMONIO DEL PREDICADOR SALVADOR GOMEZ
DESDE QUE ENCONTRÉ AL SEÑOR
Entrevista al conferencista y predicador católico Salvador Gómez, que tiene como propósito orientar, evangelizar, catequizar y formar otros predicadores con la visión de servir a su Iglesia Católica.
Crea su Ministerio de la Palabra Trigo con el fin de enseñar a predicar a los que se interesan por recibir dicha formación para que se integren activamente como agentes pastorales.
Por el incremento de la necesidad de formación, tuvo que expandir su ministerio, abriendo programas de radio, televisión y asistiendo a conferencias internacionales.
Entró al Seminario Franciscano a los 17 años y luego hizo estudios religiosos hasta terminar sus cinco años de seminario menor y el bachillerato. Luego se fue a Guatemala, en 1975, donde hizo su noviciado como franciscano y estudiando filosofía, pero cuando iba a empezar el primer año de teología volvió a la vida laica y se convirtió en predicador. Al ritmo de sus éxitos como predicador, las sombras también han aparecido en su vida. Un hijo suyo de 18 años fue baleado en la cabeza el 26 de diciembre del año pasado y perdió un ojo. Su matrimonio fracasó y su principal arma, la voz, esta cansada y quiere írsele despues de 20 años de predicacion.
El predicador es ante todo el que sabe escuchar la Palabra de Dios y descubre su huella en las mil formas en que Dios se manifiesta en la vida y en lahistoria.
Antes de hablar de Dios hay que hablar con Él. Por otro lado, se ha subrayado nuestra actitud: reproducir la imagen de Jesús ha de ser la de un pescador abierto a las sorpresas del Espíritu, no la de un campesino que siempre recorre el mismo camino.
Moisés, que fue más allá del desierto, nos motiva en esta tarea de dar el maná de la Palabraal pueblo que peregrina rumbo a la tierra prometida. Es importante dejar muy claro que un buen predicador no es necesariamente el que habla bien, sino el que produce frutos.
Mucha gente cree que sólo es cuestión de técnicas o retórica, pero la verdadera sabiduría proviene del Espíritu y se obtienede rodillas ante la majestad de Dios o sentado a los pies del único Maestro que tiene las Palabras de vida eterna.
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