NO DESECHES LA LLAMADA DEL ESPÍRITU SANTO
Aunque bautizado Presbiteriano, el Hno. Brian no vivía su fe de pequeño. A los 13 años comenzó su vida de
pecado, primero el alcohol y después el mundo de la droga.
Centró su vida en las chicas y el deporte.
Pero Dios irrumpió en su vida fuertemente e inesperadamente, y ello le hizo cambiar por completo.
Él cuenta cómo pasó de predicador en un autobús a lo que es en la actualidad, un futuro sacerdote católico.
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