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9:18 AM
LA VIRGINIDAD DE MARÍA ¿LA BIBLIA LO DICE ASÍ?
PORQUÉ LOS CATÓLICOS HABLAN DE LA VIRGINIDAD DE MARÍA SI LA BIBLIA NO LO DICE ASÍ?
LA VIRGINIDAD DE MARÍA ES DOGMA DE FÉ CATÓLICA
La Virginidad de María, verdad de fe Catequesis de Juan Pablo II (10-VII-96)
1. La Iglesia ha considerado constantemente la virginidad de María una verdad de fe, acogiendo y profundizando el testimonio de los evangelios de san Lucas, san Marcos y también san Juan.
En el episodio de la Anunciación, el evangelista san Lucas llama a María «virgen», refiriendo tanto su intención de perseverar en la virginidad como el designio divino, que concilia ese propósito con su maternidad prodigiosa.
La afirmación de la concepción virginal, debida a la acción del Espíritu Santo, excluye cualquier hipótesis de partenogénesis natural y rechaza los intentos de explicar la narración lucana como explicitación de un tema judío o como derivación de una leyenda mitológica pagana.
La estructura del texto lucano (Lc 1,26-38; 2,19.51), no admite ninguna interpretación reductiva. Su coherencia no permite sostener válidamente mutilaciones de los términos o de las expresiones que afirman la concepción virginal por obra del Espíritu Santo.
2. El evangelista san Mateo, narrando el anuncio del ángel a José, afirma, al igual que san Lucas, la concepción por obra «del Espíritu Santo» (Mt 1,20), excluyendo las relaciones conyugales.
Además, a José se le comunica la generación virginal de Jesús: no se trata para él de una invitación a dar su consentimiento previo a la concepción del Hijo de María, fruto de la intervención sobrenatural del Espíritu Santo y de la cooperación exclusiva de la madre.
San Mateo presenta el origen virginal de Jesús como cumplimiento de la profecía de Isaías: «Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa "Dios con nosotros"» (Mt 1,23; cf. Is 7,14).
3. El evangelio de san Marcos no habla de la concepción y del nacimiento de Jesús; sin embargo, es digno de notar que san Marcos nunca menciona a José, esposo de María. La gente de Nazaret llama a Jesús «el hijo de María» o, en otro contexto, muchas veces «el Hijo de Dios» (Mc 3,11; 5,7; cf. 1,1.11; 9,7; 14,61-62; 15,39).
Estos datos están en armonía con la fe en el misterio de su generación virginal. Esta verdad, estaría contenida explícitamente en el versículo 13 del Prólogo del evangelio de san Juan, que algunas voces antiguas autorizadas (por ejemplo, Ireneo y Tertuliano) no presentan en la forma plural usual, sino en la singular: «Él, que no nació de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios». Es uno de los mayores testimonios de la generación virginal de Jesús, insertada en el contexto del misterio de la Encarnación.
Este testimonio uniforme de los evangelios confirma que la fe en la concepción virginal de Jesús estaba enraizada firmemente en los diversos ambientes de la Iglesia primitiva.Por eso carecen de todo fundamento algunas interpretaciones recientes, si no consideran la concepción virginal en sentido físico o biológico, sino únicamente simbólico o metafórico: designaría a Jesús como don de Dios a la humanidad.
Otros podrían opinar que el relato de la concepción virginal sería un modo de expresar una doctrina teológica, en este caso la filiación divina de Jesús, o sería su representación mitológica, lo cual es intolerable porque en Jesucristo no cabe la mitología.
Los evangelios contienen la afirmación explícita de una concepción virginal de orden biológico, por obra del Espíritu Santo, y la Iglesia ha hecho suya esta verdad ya desde las primeras formulaciones de la fe (cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 496).
4. La fe expresada en los evangelios es confirmada, sin interrupciones, en la tradición posterior.
Las fórmulas de fe de los primeros autores cristianos postulan la afirmación del nacimiento virginal: Arístides, Justino, Ireneo y Tertuliano están de acuerdo con san Ignacio de Antioquía, que proclama a Jesús «nacido verdaderamente de una virgen» (Smirn. 1,2). Estos autores hablan explícitamente de una generación virginal de Jesús real e histórica, y de ningún modo afirman una virginidad solamente moral o un vago don de la gracia, que se manifestó en el nacimiento del niño.
---- El concilio de Calcedonia (451), en su profesión de fe, redactada esmeradamente y con contenido definido de modo infalible, afirma que Cristo «en lo últimos días, por nosotros y por nuestra salvación, (fue) engendrado de María Virgen, Madre de Dios, en cuanto a la humanidad» (DS 301).
---Del mismo modo, el tercer concilio de Constantinopla (681) proclama que Jesucristo «nació del Espíritu Santo y de María Virgen, que es propiamente y según verdad madre de Dios, según la humanidad» (DS 555).
Otros concilios ecuménicos (Constantinopolitano II, Lateranense IV y Lugdunense II) declaran a María «siempre virgen», subrayando su virginidad perpetua (cf. DS 423, 801 y 852).
El concilio Vaticano II ha recogido esas afirmaciones, destacando el hecho de que María, «por su fe y su obediencia, engendró en la tierra al Hijo mismo del Padre, ciertamente sin conocer varón, cubierta con la sombra del Espíritu Santo» (Lumen gentium, 63).
A las definiciones conciliares hay que añadir las del Magisterio pontificio, relativas a la Inmaculada Concepción de la «santísima Virgen María» (DS 2.803) y a la Asunción de la «Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María» (DS 3.903).
5.
La designación de María como «santa, siempre Virgen e Inmaculada», suscita la atención sobre el vínculo entre santidad y virginidad. María quiso una vida virginal, porque estaba animada por el deseo de entregar todo su corazón a Dios.
La expresión que se usa en la definición de la Asunción, «La Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen», sugiere también la conexión entre la virginidad y la maternidad de María: dos prerrogativas unidas milagrosamente en la generación de Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre.
Así, la virginidad de María está íntimamente vinculada a su maternidad divina y a su santidad perfecta.
[L'Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, del 12-VII-96]
HE AQUÍ UN HEREJE DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
* Monseñor José Daniel Falla, secretario general de la Conferencia Episcopal, aseguró que "el padre Llano ha perdido el horizonte y ha dejado de lado la fe que se pregona en la Iglesia desde sus inicios, al negar la virginidad de María", y les pidió a sus superiores que lo llamaran al orden.
El sacerdote jesuita colombiano Alfonso Llano que niega la virginidad de María y la divinidad de Jesús, posición "claramente herética".
En comunicación con ACIPrensa el 4 de diciembre, el P. Pedro Mercado Cepeda, Secretario adjunto de la Conferencia Episcopal de Colombia señaló que "en el fondo, lo que el P. Llano niega es la divinidad de Cristo tal y como es entendida por el Magisterio y la Tradición".
. A continuación, el texto íntegro de la entrevista:
ACI Prensa:
El Padre Llano parece disentir nuevamente sobre la doctrina católica y lo hace otra vez en un medio de gran difusión en Colombia ¿Se le ha expresado ya alguna indicación correctiva?
Padre Mercado:
En la columna titulada "La infancia de Jesús" el sacerdote jesuita controvierte claramente la fe de la Iglesia Católica. No es la primera vez. Sus gravísimas afirmaciones van mucho más allá de la negación de la virginidad corporal de María. En el fondo, lo que el P. Llano niega es la divinidad de Cristo tal y como es entendida por el Magisterio y la Tradición.
En ese sentido, no tengo duda en afirmar que su postura es claramente herética. Sobre las indicaciones correctivas puedo decirte que algunos Obispos le han manifestado privadamente su descontento. Creo, sin embargo, que llegó la hora de aclarar definitivamente la situación. Espero que las autoridades eclesiásticas competentes tomen cartas en el asunto.
ACI Prensa:
El sacerdote jesuita habla de que el "punto" de la virginidad de María "parecía ya superado". ¿La Iglesia ha "superado" el dogma de la Virginidad de María?
Padre Mercado:
Lo que está superado es esa teología racionalista y reductiva que parece estar en el fondo de ciertas afirmaciones del P. Llano no sólo sobre la virginidad de María sino sobre otros elementos relevantes de la fe de la Iglesia.
ACI Prensa:
¿No es peligroso para los fieles leer de un sacerdote, que debe fortalecerlos en la fe, que la Virgen María "como madre del hombre Jesús, igual a nosotros, lo engendra con un acto de amor con su legítimo esposo, José, del cual tuvo cuatro hijos varones y varias mujeres"?
Padre Mercado:
Por supuesto que es peligroso leer ese tipo de afirmaciones y más si las escribe un sacerdote. Los fieles terminan desconcertados. Por ello es importante que alguien les diga a esos fieles que las opiniones del P. Llano no son expresión de la fe auténtica de la Iglesia Católica.
La virginidad corporal de María es una realidad incuestionable desde una perspectiva bíblica y magisterial. La opinión del P. Llano es una postura personal, aislada del auténtico sentir de la Iglesia e incluso de un sano juicio teológico. Yo lo invitaría a estudiar ciertos temas teológicos con mayor detenimiento porque uno no se puede quedar anclado en la teología de los años sesenta.
ACI Prensa:
¿Esta negación repetitiva de las enseñanzas de la Iglesia no constituyen ya herejía?
Padre Mercado:
Yo no tengo duda alguna al respecto. Espero que el P. Llano sea consciente de su situación canónica y se reconcilie pronto con la Iglesia. Espero, igualmente, que sus Superiores de la Compañía de Jesús tengan la coherencia y la valentía para solicitarle una retractación inmediata y pública.
Por otra parte, las autoridades eclesiásticas competentes deben asumir su responsabilidad y aplicar las medidas correctivas establecidas por el derecho canónico. La fe debe ser protegida en su integridad. Ese es un derecho de los fieles que no puede vulnerarse impunemente.
El 22 de agosto celebramos la festividad de MARIA REINA DEL UNIVERSO.
María es Reina por ser Madre de Jesús, Rey del Universo. Qué menos! La fiesta de hoy fue instituida por el Papa Pío XII, en 1955 para venerar a María como Reina igual que se hace con su Hijo, Cristo Rey, al final del año litúrgico. A Ella le corresponde no sólo por naturaleza sino por mérito el título de Reina Madre.
Este video deja muy claro que tampoco la Virgen María tuvo más hijos. Esta idea nació a partir de la reforma protestante con Lutero y nada tiene que ver con lo que dice la Palabra de Dios. ...María santísima en cambio es madre de todos los hijos de la Iglesia como dice el capítulo 12 del Apocalipsis. Bendiciones!
La Virgen María fue privilegiada en su creación, es la criatura perfecta de Dios, preparada para ser la madre de Jesús, el Hijo de Dios, Dios mismo en la 2ª persona de la santísima Trinidad.
No podía ser menos que fuera Virgen desde su concepción, Dios lo puede todo y quiso hacerlo así.
También de la misma manera quiso que la concepción de Su Hijo Jesucristo fuera virginal, sin intervención física de varón, sino por obra y gracia de Dios Espíritu Santo.
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