LOS ÁNGELES CAÍDOS, EL DEMONIO Y LOS EXORCISMOS
La posesión diabólica no es frecuente, pero existe y suele estar oculta.
José Antonio Fortea Cucurull (Barbastro, España, 1968) es sacerdote y teólogo especializado en demonología. Cursó sus estudios de Teología para el sacerdocio en la Universidad de Navarra. Se licenció en la especialidad de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología de Comillas.
Pertenece al presbiterio de la diócesis de Alcalá de Henares (Madrid). En 1998 defendió su tesis de licenciatura "El exorcismo en la época actual" dirigida por el secretario de la Comisión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española. Actualmente está en Roma realizando su doctorado en Teología.
En el evangelio se da gran importancia a las expulsiones de diablos o demonios por Jesús. San Marcos expone la expulsión de un diablo de un endemoniado en la sinagoga de Cafarnaúm.
Y San Pedro dice de la misión y los milagros de Cristo:
"Jesús de Nazareth: cómo Dios lo ungió con el Espíritu Santo, y con el poder, para ir haciendo el bien, sanando a todos aquellos q estaban oprimidos por el diablo" (Hechos 10:38).
La expulsión de los demonios tiene en Jesús una superioridad clara.
Así se puede mencionar Su poder sobre el orden de la naturaleza.
Los mismos discípulos están impresionados por este poder, como cuándo Él calmó la tempestad en el mar, ellos se maravillaron:
"Ellos, llenos de temor, se decían entre sí maravillados: «Pues ¿quién es éste, que impera a los vientos y al agua, y le obedecen?» (Lucas 8, 25).
Y cuantos vieron la expulsión del diablo en Cafarnaum preguntaron: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen.» (Marcos 1, 27)
Este es el caso Jesús no deja hablar a los demonios, les habla con autoridad divina y les manda hacer, así fue este ejemplo en Cafanaún (Marcos 23-27)
"23. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar:
24. «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.»
25. Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él.»
26. Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él.
27. Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros:
«¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen.»
El padre Fortea explica como sólo hay una Iglesia fundada por Cristo que no dejó nada escrito, dejó a los apostoles con poder conferido para expulsar a los demonios.
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