LA NOSTALGIA Y EL DESCONSUELO
Etimológicamente nostalgia es la suma de dos vocablos griegos: nostos, que significa
"regreso", y algos, que se traduce por "dolor".
Y el cristiano no tiene porque regresar al dolor sino tener el consuelo del Espíritu Santo que
Cristo nos envió y que EL ocupe nuestro corazón y nuestra mente.
Al contrario de la nostalgia hemos de tener esperanza.
Los cristianos nos apoyamos en la esperanz que nos hace tender siempre hacia Dios.
Tener confianza en Cristo que nos dijo "Yo he vencido al mundo". El fruto de la esperanza es la posesión de la calma, la serenidad, la paz.
Tampoco hemos de sustituir en nuestra alma y en nuestro corazón esa gran esperanza, la de Dios, la de nuestro último fin, por las esperanzas humanas mas pequeñas, aunque sean buenas.
Es necesario que en nuestra alma haya una consciencia clara de la jerarquía de nuestras esperanzas, porque ninguna esperanza humana debe osbstruir ni disminuir la fuerza de la esperanza de gozar eternamente, en el Reino a Dios, único fin para el que fuimos creados.
Jesús prometió que enviaría a su Iglesia al Paráclito, al Espíritu Santo, el llamado "Consolador". Por eso quien está obsesionado con los males corporales pasajeros no deja opción a que su alma tenga el consuelo del Espíritu de Dios y vive desconsolado.
En Pentecostés, los discípulos quedaron llenos del Espíritu Santo y se transformó su vida, dejaron de tener espíritu de cobardía y salieron a evangelizar, comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les indicaba.
Su corazón estaba lleno del consuelo del Espíritu y fueron llenos de paz y valentía. El Espíritu Santo estaba con ellos, proporcionándoles el inacable consuelo de Dios aun en medio de las tribulaciones.
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