Es importante saber que Dios quiere nuestra salud integral, porque sinó, será difícil orar con fe y confiar que el Señor nos va a sanar. (Mt 8,1-3.16-17)
Tenemos a Jesús no estamos sólos, estamos siempre con El.
Sentir una mano que nos toma nos da seguridad, como cuando Jesús curó a un ciego que le llevaron lo primero que hizo es tomarle de la mano y sacarle fuera. Jesús sabía qué males tenía también el corazón de aquel enfermo. Si entendemos y asimilamos que nunca estamos solos sabremos que Jesus se quedó con nosotros hasta el fin del mundo, estaremos abiertos a la sanación de parte de Dios cuando le digamos:
"Señor no soy dign@ de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme"!.
Hoy la lectura del santo Evangelio fue referido a esta palabra (Mateo 8, 5-17)
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un oficial romano y le dijo: “Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama, paralítico, y sufre mucho”. El le contestó: “Voy a curarlo”. Pero el oficial le replicó: “Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; cuando le digo a uno: ‘¡Ve!’, él va; al otro: ‘¡Ven!’, y viene; a mi criado: ‘¡Haz esto!’, y lo hace”. Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían: “Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande. Les aseguro que muchos vendrán de oriente y de occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos. En cambio, a los herederos del Reino los echarán fuera, a las tinieblas. Ahí será el llanto y la desesperación”. Jesús le dijo al oficial romano: “Vuelve a tu casa y que se te cumpla lo que has creído”. Y en aquel momento se curó el criado. Al llegar Jesús a la casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama, con fiebre. Entonces la tomó de la mano y desapareció la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirles. Al atardecer le trajeron muchos endemoniados. El expulsó a los demonios con su palabra y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías: El hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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