María Simma(1915-2004) tuvo desde niña un especial interés por las almas del Purgatorio, y fue esa la misión que Dios le dio para esta vida cuando tuvo la edad de 25 años. Las almas se presentan a ella buscando ayuda, y también dando testimonio de sus sufrimientos, su vida en la tierra y su deseo profundo de llegar cuanto antes a estar en la Presencia de Dios en forma definitiva.
María Simma nos invita a una práctica cotidiana del amor como la puerta más importante para la salvación de nuestra alma.El amor cura y cubre muchos de nuestros pecados, a la hora de nuestro juicio particular.
Ella nos dice quelo más poderoso para ayudar a las almas del Purgatorio es la santa misa, la mejor ofrenda posible pues es Dios mismo quien se ofrece y la eficacia de la misa es tanto mayor cuando las almas del purgatorio hayan vivido en la tierra con amor la Eucaristía. Otro medio muy potente para salvar a las almas es el ofrecimiento de nuestras dolencias. Maria Simma tuvo la petición de un alma del purgatorio para que sufriera aqui durante 3 horas lo que ella sufria y despues subiría al cielo, cuenta que fueron terribles horas de sufrimiento pero luego se le volvió a aparecer el alma agradeciéndole los 20 años de prgatorio que le había condonado con esa acción.
Hay quienes alegan que el purgatorio no es bíblico, lean 1Cor 3,13-15 habla muy claramente sobre la realidad del purgatorio.
San Pablo alude al día del juicio y dice qué pasará con aquellas personas que tuvieron fe y sirvieron a Dios, pero que su obra no fue tan buena:
"Un día se verá el trabajo de cada uno. Se hará público en el día del juicio, cuando todo sea probado por el fuego. El fuego, pues, probará la obra de cada uno. Si lo que has construido resiste el fuego, será premiado. Pero si la obra se convierte en cenizas, el obrero tendrá que pagar. Se salvará pero no sin pasar por el fuego". (1Cor 3,13-15 )
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