Y con tu espíritu.
2. LA CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
Los cristianos se disponen a revivir en los sacramentos la muerte y resurrección de Cristo, haciendo memoria de los acontecimientos esenciales de la historia de la salvación. Entre las páginas del Antiguo Testamento que se ofrecen a nuestra consideración, ocupa un lugar privilegiado el relato del Éxodo, ya que la salvación del pueblo hebreo al cruzar el Mar Rojo inaugura la salvación de la humanidad en Jesucristo (3). La liturgia de la Palabra alcanza su punto culminante en el anuncio jubiloso de la resurrección de Jesús hecha por uno de los evangelistas (9), Pero antes nos ha revelado San Pablo cómo, por el bautismo, cada uno de los creyentes muere y resucita con Cristo: el hombre del pecado ha sido sepultado en las aguas y surge una nueva criatura (8).
En esta vigilia, «Madre de todas las vigilias» (San Agustín) se proponen nueve lecturas: siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo (epístola y evangelio).
Por causas pastorales puede reducirse el número de lecturas del Antiguo Testamento. Se leen, por lo menos, tres lecturas del Antiguo Testamento, que en casos muy especiales pueden reducirse a dos. Nunca puede omitirse el relato del capítulo 14 del Éxodo (lectura tercera).
Antes de comenzar las lecturas, el sacerdote amonesta al pueblo sobre la importancia de la liturgia de la Palabra en la Vigilia pascual, con estas palabras u otras semejantes:
Hermanos: Con el pregón solemne de la Pascua, hemos entrado ya en la noche santa de la Resurrección del Señor. Escuchemos, en silencio meditativo, la Palabra de Dios. Recordemos las maravillas que Dios ha realizado para salvar al primer Israel, y cómo en el avance continuo de la Historia de la Salvación, al llegar los últimos tiempos, envió al mundo a su Hijo, para que, con su muerte y resurrección, salvara a todos los hombres. Mientras contemplarnos la gran trayectoria de esta Historia Santa, oremos intensamente, para que el designio de salvación universal, que Dios inició con Israel, llegue a su plenitud y alcance a toda la humanidad por el misterio de la resurrección de Jesucristo.
Después comienzan las lecturas. El lector se dirige al ambón y lee la primera. Seguidamente el salmista o un cantor dice el salmo, proclamando el pueblo la respuesta. Acabado el salmo todos se levantan y el sacerdote dice: Oremos, y, después que todos han orado en silencio durante algún tiempo, dice la colecta.
En lugar del salmo responsorial se puede guardar un espacio de silencio sagrado, omitiendo en este caso la pausa después de Oremos.
LECTURA 1
La creación del mundo y de la humanidad.
Se puede leer el relato íntegro de la creación (Gen 1, 1‑2, 2) o sólo lo referente a la creación del hombre y la mujer (Gen ‑1, 1 y 26‑31a), omitiendo lo que va entre paréntesis.
INTRODUCCIÓN A LA PRIMERA LECTURA LARGA
La Pascua supone un comienzo absoluto: Cristo resucitado es el primogénito de la creación nueva, a la que se entra por el Bautismo
INTRODUCCIÓN A LA PRIMERA LECTURA BREVE
Cristo resucitado es el nuevo Adán, el hombre nuevo del que nos hacemos miembros por el bautismo.
LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS 1, 1‑31; 2,1‑2
Al principio creó Dios el cielo y la tierra.
Vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno...
Se puede elegir entre el salmo 103 y el 32. Uno y otro dan gracias a Dios por el esplendor de su creación; el estribillo del primero pide a Dios que envíe su Espíritu para que realice en el mundo la nueva creación, cuya primicia es Cristo resucitado.
SALMO RESPONSORIAL 103
R/ Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
Bendice, alma mía, al Señor,
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.
Asentaste la tierra sobre sus cimientos,
y no vacilará jamás;
la cubriste con el manto del océano,
y las aguas se posaron sobre las montañas.
De los manantiales sacas los ríos
para que fluyan entre los montes,
junto a ellos habitan las aves del cielo,
y entre las frondas se oye su canto.
Desde tu morada riegas los montes,
y la tierra se sacia de tu acción fecunda;
haces brotar hierba para los ganados
y forraje para los que sirven al hombre;
él saca pan de los campos.
¡Cuántas son tus obras, Señor!,
y todas las hiciste con sabiduría,
la tierra está llena de tus criaturas.
¡Bendice, alma mía al Señor!
o bien puede cantarse el siguiente Salmo:
ORACION
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, admirable en todas tus obras; que tus redimidos comprendan la creación del mundo en el comienzo de los siglos fue obra de mayor grandeza que el sacrificio pascual Cristo en la plenitud de los tiempos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
LECTURA 2
Sacrificio y liberación de Isaac, el hijo querido.
Se puede leer el texto íntegro de este relato (Gen 22, 1‑13, 15‑18)
LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS 22,148
En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán llamándole: "Abrahán!» Él respondió: «Aquí me tienes.» Dios le dijo: «Torna a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moría y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.» Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios, El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos.
Y Abrahán dijo a sus criados: «Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar y después volveremos con vosotros.»
Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a Abrahán, su padre: «Padre.» Él respondió: «Aquí estoy, hijo mío.» El muchacho dijo: «Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?» Abrahán contestó: «Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío.» Y siguieron caminando juntos.]
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, [Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces] Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo«¡Abrahán, Abrahán!» Él contestó: «Aquí me tienes.» El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.» Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tornó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
[Abrahán llamó aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún hoy «El monte del Señor ve». El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: «juro por mí mismo oráculo del Señor‑: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.»
SALMO RESPONSORIAL 15
El salmo 15 fue interpretado por la primera generación cristiana como una profecía de la resurrección de Cristo (Hch. 2, 25‑29).
R/ Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
El Señor es el lote de mí heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mí derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena:
porque no me entregarás a la muerte
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
ORACIÓN
Oremos. Oh Dios, Padre supremo de los creyentes, que multiplicas sobre la tierra los hijos de tu promesa con la gracia de la adopción y, por el misterio pascual, hiciste de tu siervo Abrahán el padre de todas las naciones, como lo habías prometido. concede a tu pueblo responder dignamente a la gracia de tu llamada. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
LECTURA 3
Liberación de Israel por el paso del Mar Rojo (Lectura obligatoria).
LECTURA DEL LIBRO DEL ÉXODO 14, 15‑51, 1
Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés‑ «¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los "sigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de los guerreros.» Se puso en marcha el ángel del Señor, que iba al frente del ejército de Israel, y pasó a retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó de allí y se colocó detrás, poniéndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. La nube era tenebrosa y transcurrió toda la noche sin que los ejércitos pudieran trabar contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del Este que secó el mar y se dividieron las aguas, Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos en medio del mar, todos los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros.
Mientras velaban al amanecer, miró el Señor al campamento egipcio desde la columna de fuego y nube y sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus carros y las hizo avanzar pesadamente. Y dijo Egipto: «Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto.» Dijo el Señor a Moisés: «Extiende tu mano sobre el mar y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes.» Y extendió Moisés su mano sobre el mar; y al amanecer volvía el mar a su curso de siempre. Los egipcios huyendo iban a su encuentro y el Señor derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón, que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó. Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar; las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda.
Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar. Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron un cántico al Señor.
CÁNTICO EX 15, 1‑2.343‑6.17‑18
Al fin de la lectura se une inmediatamente el cántico de Moisés, que sigue a continuación. En aquellas asambleas en que no fuera posible cantar este cántico, el lector omite la última frase de la lectura: Entonces Moisés... y se canta el salmo 135.
R/ Cantemos al Señor, sublime es su victoria.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria:
caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mí salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
El Señor es un guerrero,
su nombre es el Señor.
Los carros del Faraón los lanzó al mar,
ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes.
Las olas los cubrieron,
bajaron hasta el fondo como piedras.
Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible,
tu diestra, Señor, tritura al enemigo.
Los introduces y los plantas en el monte de tu heredad
lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor que fundaron tus manos. El Señor reina por siempre jamás.
SALMO 135
El salmo 135 da gracias a Dios por las maravillas que ha obrado en la liberación de su pueblo. Tales maravillas prosiguen a través de los sacramentos de la nueva Pascua.
R/ Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios de los dioses,
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Señor de los señores,
porque es eterna su misericordia.
Él hirió a Egipto en sus primogénitos,
porque es eterna su misericordia.
Y sacó a Israel de aquel país,
porque es eterna su misericordia.
Él dividió en dos partes el mar Rojo,
porque es eterna su misericordia.
Guió por el desierto a su pueblo,
porque es eterna su misericordia.
Él da alimento a todo viviente,
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios del cielo,
porque es eterna su misericordia.
ORACIÓN
Oremos. También ahora, Señor, vemos brillar tus antiguas maravillas, y lo mismo que en otro tiempo manifestabas tu poder al librar a un solo pueblo de la persecución del Faraón, hoy aseguras la salvación de todas las naciones, haciéndolas renacer por las aguas del bautismo. Te pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a ser hijos de Abrahán y miembros del nuevo Israel. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
O esta oración:
Oremos. Oh Dios, que has iluminado los prodigios de los tiempos antiguos con la luz del Nuevo Testamento: el mar Rojo fue imagen de la fuente bautismal, y el pueblo liberado de la esclavitud imagen de la familia cristiana; concede que todos los pueblos, elevados por su fe a la dignidad de pueblo elegido, se regeneren por la participación de tu Espíritu. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
LECTURA 4 El amor de Dios a Jerusalén, su Esposa.
El profeta Isaías nos va a descubrir el esplendor futuro de la nueva Jerusalén, de la Ciudad‑Esposa, que nació de un amor eterno. Se trata de una profecía de la Iglesia, a la que Cristo lavará con su sangre y la asociará a su vida de Resucitado.
LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 54,
SALMO RESPONSORIAL 29
R/ Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
y no has dejado que mis enemigos se rían
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante, su bondad de por vida;
al atardecer nos visita el llanto,
por la mañana, el júbilo.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí,
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
ORACION
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, multiplica, fiel a tu palabra, la descendencia que aseguraste a la fe de nuestros padres, y aumenta con tu adopción los hijos de la promesa; para que tu Iglesia vea en qué medida se ha cumplido ya cuanto los patriarcas creyeron y esperaron. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
LECTURA 5 LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS
Venid a mí, y viviréis; señalaré con vosotros alianza perpetua
Esto dice el Señor:
Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde.
¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta y el salario en lo que no da hartura?.
Escuchadme atentos y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos.
Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David: a él lo hice mi testigo para los pueblos, caudillo y soberano de naciones; tú llamarás a un pueblo desconocido, un pueblo que no te conocía correrá hacia ti; por el Señor, tu Dios, por el Santo de Israel que te honra.
Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad, ~ nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos. Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros. mis planes, que vuestros planes.
Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo, y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come; así será mi Palabra, que sale de mí boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad, y cumplirá mi encargo.
CÁNTICO Is 12, 2‑3.4bcd5‑6
R/ Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
El Señor es mi Dios y Salvador:
confiaré y no temeré,
porque mí fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mí salvación.
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
Tañed para el Señor que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.»
ORACIÓN
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, esperanza única del mundo que anunciaste por la voz de tus profetas los misterios de los tiempos presentes: atiende los deseos de tu pueblo, porque ninguno de tus fieles puede progresar en la virtud sin la inspiración de tu gracia. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
LECTURA 6 LECTURA DEL LIBRO DE BARUC 3, 9‑15.32‑4, 4
Camina a la claridad del resplandor, del Señor
Escucha, Israel, mandatos de vida, presta oído para aprender prudencia.
¿A qué se debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas en tierra extranjera, que estés impuro con los muertos, que te cuenten con los del Abismo? ‑Es que abandonaste la sabiduría.
Si hubieras seguido el camino de Dios, habitarías en paz para siempre.
Aprende dónde se encuentra la prudencia, el valor y la inteligencia, así aprenderás dónde se encuentra la vida larga, la luz de los ojos y la paz.
¿Quién encontró su puesto o entró en sus almacenes? El que todo lo sabe la conoce, la examina y la penetra. El que creó la tierra para siempre y la llenó de animales cuadrúpedos; el que manda a la luz, y ella va, la llama, y le obedece temblando; a los astros, que velan gozosos en sus puestos de guardia, los llama y responden: «Presentes»; y brillan gozosos para su Creador.
Él es nuestro Dios y no hay otro frente a él: investigó el camino del saber y se lo dio a su hijo Jacob, a su alnado, Israel.
Después apareció en el mundo y vivió entre los hombres.
Es el libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna: los que la guardan, vivirán, los que la abandonan' morirán. Vuélvete, Jacob, a recibirla, camina a la claridad de su resplandor; no entregues a otros tu gloria ni tu dignidad a un pueblo extranjero. ¡Dichosos nosotros, Israel, que conocemos lo que agrada al Señor!
SALMO RESPONSORIAL 18
R/ Señor, tienes palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y eternamente justos.
Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila.
ORACIÓN
Oremos, Oh Dios, que sin cesar haces crecer a tu Iglesia agregando a ella nuevos hijos: defiende con tu constante protección a cuantos purificas en el agua del bautismo. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
LECTURA 7 LECTURA DEL LIBRO DE EZEQUIEL 36, 16‑17a.18‑28
Derramaré sobre vosotros un agua pura, y os daré un corazón nuevo
Me vino esta Palabra del Señor: Cuando la casa de Israel habitaba en su tierra, la profanó con su conducta, con sus acciones, como sangre inmunda fue su proceder ante mí. Entonces derramé mi cólera sobre ellos, por la sangre que habían derramado en el país, por haberlo profanado con sus idolatrías. Los esparcí entre las naciones, anduvieron dispersos por los países; según su proceder, según sus acciones los sentencié. Cuando llegaron a las naciones donde se fueron, profanaron mí santo nombre; decían de ellos: «Estos son el pueblo del Señor, de su tierra han salido.» Sentí lástima de mi santo nombre, profanado por la casa de Israel en las naciones a las que se fue. Por eso, di a la casa de Israel: Esto dice el Señor.‑ No lo hago por Vosotros, casa de Israel, sino por mí santo nombre profanado por vosotros, en las naciones a las que habéis ido. Mostraré la santidad de mi nombre grande, Profanado entre los gentiles, que vosotros habéis Profanado en medio de ellos; conocerán los gentiles que yo soy el Señor ‑Oráculo del Señor‑ cuando les haga ver mi santidad al castigaros. Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de Purificar; y os daré un corazón nuevo, Y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mí pueblo y yo seré vuestro Dios.
SALMO 41
R/ Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
Sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?.
Desahogo mi alma conmigo:
recuerdo cómo marchaba a la cabeza del grupo
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
Envía tu luz y tu verdad;
que ellos me guíen
Y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.
Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.
SALMO 50
R/ Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Los sacrificios no te satisfacen,
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
M sacrificio es un espíritu quebrantado,
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
ORACIÓN
Oremos. Oh Dios, poder inmutable y luz sin ocaso, mira con bondad a tu Iglesia, sacramento de la nueva Alianza, y, según tus eternos designios, lleva a término la obra de la salvación humana; que todo el mundo, experimente y vea cómo lo abatido se levanta, lo viejo se renueva y vuelve a su integridad primera, por medio de nuestro Señor Jesucristo, de quien todo procede. El cual vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
Amén.
o esta oración:
Oremos. Oh Dios, que para celebrar el misterio pascual nos instruyes con las enseñanzas de los dos Testamentos; concédenos penetrar en los designios de tu amor, para que, en los dones que hemos recibido, percibamos la esperanza de los bienes futuros. Por Jesucristo...
Amén.
HIMNO PASCUAL
Después de la última oración, se encienden los cirios del altar, y el sacerdote entona el himno Gloria a Dios en el cielo, que todos prosiguen mientras suenan las campanas, según las costumbres de los lugares.
Acabado el himno, el sacerdote dice la colecta, como de costumbre.
Oremos. Oh Dios, que iluminas esta noche santa con la gloria de la resurrección del Señor, aviva en tu Iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Y se sientan todos para escuchar la lectura de la Epístola.
EPÍSTOLA: LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 6,3-11o
LA LITURGIA DEL SABADO SANTO: VIGILIA PASCUAL
BENDICIÓN DEL FUEGO: Es el inicio de la vigilia. Habla del paso de las tinieblas a la luz, de la noche al día. Las tinieblas simbolizan el pecado y la muerte; y la luz simboliza a Cristo Resucitado.
CIRIO PASCUAL:Se enciende el Cirio Pascual, que simboliza a Cristo resucitado y se reparte su fuego para encender las velas que todos los fieles llevan a la celebración, significando que Cristo, "Luz del Mundo", ilumina la vida de los hombres con su Resurrección. Se coloca al frente, en el presbiterio, desde donde domina toda la asamblea.
PROCESIÓN: Se entra al templo 1º el Sacerdote que lleva el Cirio Pascual en Alto, significa que somos el Nuevo Pueblo de Dios, nacido de la Pascua; peregrinos seguimos a Cristo Resucitado, nuestro Jefe y Luz del Mundo a través del desierto de esta vida hacia la Patria Celestial.
Después todos entran en la iglesia precediéndoles el diácono con el cirio pascual.
A la puerta de la iglesia, el diácono, o el celebrante, de pie y elevando el cirio, canta de nuevo:
Luz de Cristo.
Y todos responden:
Demos gracias a Dios.
Y encienden sus velas de la llama del cirio pascual, y avanzan.
El diácono, cuando hubiese llegado ante el altar, de pie vuelto al pueblo, canta por tercera vez:
Luz de Cristo.
Y todos responden:
Demos gracias a Dios.
Y se encienden las luces de la iglesia.
PREGÓN PASCUAL
Cuando el celebrante ha llegado al altar, va a su sede. El diácono pone el cirio pascua[ sobre un candelabro colocado en medio del presbiterio o junto al ambón.
El diácono, o en su defecto el celebrante, anuncia el pregón pascual, estando todos de pie y con las velas encendidas en las manos.
El pregón pascual puede ser anunciado, según las necesidades, por un cantor que no sea diácono, el cual omite las palabras: Por eso, queridos hermanos, hasta el fin de la invitación, y el saludo: El Señor esté con vosotros.
El pregón puede ser cantado también en su forma más breve.
Exulten por fin los coros de los ángeles, exulten las jerarquías del cielo, y por la victoria de rey tan poderoso que las trompetas anuncien la salvación.
Goce también la tierra, inundada de tanta claridad, y que, radiante con el fulgor del rey eterno, se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero.
Alégrese también nuestra madre la Iglesia, revestida de luz tan brillante; resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.
Se puede terminar el Pregón pascual con un canto de aclamación.
Apagan todos sus velas y se sientan.
LITURGIA DE LA PALABRA: El símbolo de la luz del cirio cede el lugar a la realidad de Cristo, luz del mundo, presente en su Palabra, proclamada en esta noche. En ninguna otra celebración hay tantos textos como en esta. Son nueve lecturas que presentan en síntesis la Historia de la Salvación. Las lecturas se hacen a manera de diálogo entre Dios y la comunidad, cada una está precedida de momentos de silencio, aclamaciones y cantos de salmos. Las siete primeras lecturas se hacen del Antiguo Testamento, para admirar la obra de la Creación (Génesis); recordar los prodigios que hizo Dios con Israel su Pueblo (Éxodo); leer a los profetas que anunciaron la Salvación que Dios realizaría para todos los hombres; las siguientes dos lecturas son, una de San Pablo que anuncia a la nueva Iglesia que Cristo resucitado de entre los muertos, ya no muere más y la más importante, el Evangelio, que narra la Resurrección del Señor.
LITURGIA BAUTISMAL: Momento en que se bendice el agua bautismal, se celebra el Bautismo a quienes se hayan preparado para ingresar en la comunidad cristiana y se renuevan las promesas bautismales por parte de todos los presentes.
LITURGIA EUCARÍSTICA: Como en todas las Celebraciones Eucarísticas (Misas), se prepara el altar con los dones del pan y el vino, para hacer presente la Pascua de Cristo, como Él nos lo enseñó. La celebración eucarística es el centro de toda la vigilia. La palabra eucaristía, significa "acción de gracias". En esta noche pascual, la Iglesia celebra su acción de gracias a Padre por habernos dado a su Hijo muerto y resucitado. En esta noche se comprende más que nunca el porqué los primeros cristianos llamaron Eucaristía a la Cena del Señor. Este es el momento en que nació la verdadera Eucaristía: ¡La Pascua!. Por esto, el Misterio de la Noche Pascual culmina en la Eucaristía, que ya no la ofrece Cristo solo, sino en compañía de su Iglesia.